El barrio histórico de Al Bastakiya es lo que queda de la antigua Dubái de pescadores, comerciantes y cazadores de perlas. Se encuentra a lo largo del Creek, insertado en lo que hoy en día es el vital barrio de Bur Dubai.
La construcción del barrio de Al Bastakiya, también conocido como barrio Al Fahidi, tuvo su origen a finales del siglo XIX; comprendía alrededor de 60 casas y la mayor parte de éstas estaban separadas por calles estrechísimas.
En los años 80 del siglo pasado la mitad del barrio fue destruido para dejar espacio a un nuevo complejo de oficinas, mientras que las casas restantes se utilizaron como almacenes o apartamentos de alquiler para los obreros de la construcción. En 1989 se decretó que estos edificios debían ser también derribados, pero el arquitecto británico Rayner Otter, que reestructuró una de esas casas como su vivienda, comenzó una campaña para preservar toda la zona, escribiendo una carta directamente al Príncipe Carlos que iba a visitar Dubái ese mismo año.
A su llegada el Príncipe visitó el barrio de Al Bastakiya junto a Otter, encontrándolo muy interesante y pidiendo a las autoridades locales que evitaran su demolición. El consejo fue aceptado, y en 2005 el gobierno de Dubái decidió iniciar la restauración del barrio para devolverle su antiguo esplendor y hacerlo revivir, dejándolo como patrimonio para los residentes y turistas.
El barrio es pequeño, pero es muy particular: las callejuelas son muy estrechas y sinuosas y la atmósfera de los viejos tiempos aún está presente. Los tejados de las casas tienen una arquitectura particular conocida como tejo (o torres del viento, barjeel en árabe), que se utiliza para proporcionar una especie de aire acondicionado natural mediante la canalización del viento dentro de las habitaciones y los jardines para refrescar todas los ambientes de la casa.
Naturalmente hoy en día nadie vive en Al Bastakiya, pero las casas antiguas se han convertido en tiendas, cafés y galerías de arte.
Uno de los puntos más interesantes de Al Bastakiya es el fuerte Al Fahidi, la construcción más antigua de Dubái, realizada a finales del 1700 como una residencia noble, más tarde se convirtió en una guarnición militar y finalmente en una prisión. Hoy en día es un museo que alberga los hallazgos arqueológicos de la época y multitud de fotos que muestran el cambio arquitectónico repentino que ha sufrido esta zona en los últimos años.
Es imprescindible una visita al souk, el ruidoso y colorido mercado al aire libre, donde los aromas, sabores y colores estimulan los cinco sentidos: más de 50 puestos son instalados cada mañana y desmontados cada noche, y se puede encontrar de todo, desde joyas a alimentos típicos, desde ropa hasta muebles.
El departamento cultural del municipio de Dubái ha apostado mucho por esta área para recordar y dar testimonio de la existencia pasada de una ciudad decididamente proyectada hacia el futuro.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.